Existen muchas formas en las que una obra puede impactar a una persona. Uno puede emocionarse, romper en llanto o reírse a más no poder.
Sin embargo, a veces la ficción tiene otra finalidad: generar miedo.
El autor podría quedarse tranquilo sabiendo que hizo un buen trabajo en el momento que a ti, viendo su obra, te dan escalofríos, saltas de la silla, te da miedo caminar por el pasillo oscuro de tu casa, lo que viste queda estancado en tu memoria y, muy para tu desgracia, tu noche y tu ropa quedan arruinadas. Más puntos si la sensación persiste cada vez que lo recuerdas.
El miedo en la ficción es algo Más Viejo Que El Diablo. De hecho, las historias para niños solían ser mucho más macabras y sangrientas antes que en la actualidad, muchas veces para dar una Moraleja Esópica basada en impactar.
El horror o terror es todo un género de varios medios que van desde la literatura hasta los videojuegos dedicado a generar este efecto. Alguien que consume este tipo de trabajos se expone a una fuente de emociones fuertes en un entorno relativamente seguro. Después de todo, la ficción no podría hacerle daño a nadie. Hay mucha gente a la que le atrae mucho la adrenalina y una película o libro de terror son lo mejor para estos casos. Dicho esto, a nadie tendría que extrañarle por qué tienen tanto éxito.
Cabe recalcar que el concepto de Combustible de Pesadillas se basa más en lo que una obra, un personaje, un diseño o una escena genera en los espectadores que en los personajes dentro del universo mismo donde la ficción transcurre. Por ejemplo, un personaje puede tener un diseño peculiar que a uno le puede parecer adorable mientras que a otro le puede parecer perturbador por alguna razón.
Dicho esto, queda claro que es un concepto bastante subjetivo. Al ser un concepto subjetivo y teniendo en cuenta que no a todos les asusta lo mismo, no queda descartada la posibilidad de que un autor termine creando un combustible de pesadillas sin querer.
Este tropo es tan amplio que puede aparecer incluso en obras que no tienen al terror como foco principal. A veces, es sólo un personaje, un escenario o un elemento en particular. Quizá la Disonancia De Valores que ocurre al ver algo de otro tiempo u otro país pueda hacer que la percepción de uno sea muy distinta a la que el autor, desde su cultura, quería transmitir.
En resumen, este tropo va dedicado al terror y al suspenso en la ficción.
